Al igual que en 1990, perdió sus tres partidos y quedó eliminado en primera fase. El míster fue relevado por Abelardo, que volvía a Vitoria dos años después tras salvar al equipo en su primera etapa. El Granada termina la temporada como el segundo mejor equipo en casa, ganando casi todos sus partidos y goleando muchos de ellos, incluyendo a rivales tan poderosos como Betis, Barcelona B y Xerez, entre otros.
